Venezuela Zona Gris

¿Es Venezuela Zona Gris?

Maduro contra el pueblo (I)

La asociación con el crimen organizado y grupos armados no estatales tiene un sentido utilitario para Nicolás Maduro, así como la alianza con Rusia, China e Irán. La integración circunstancial de estos elementos en territorio venezolano coincide con el diagnóstico de Zona Gris donde el Estado ha sido disuelto.

Antes sabíamos cuándo empezaba una guerra y cuándo terminaba. Un país invadía a otro, un territorio era ocupado y quien ganaba se quedaba con ese territorio. Había parámetros para establecer quién era el ganador en un conflicto y quién lo perdía. Todo eso cambió. Hoy el mundo no es así. Las guerras son multidimensionales: el ciberespacio, la opinión pública, los mercados internacionales…son numerosos los campos de un conflicto no convencional. Y este conflicto es difuso, ambiguo, es gris. Este terreno confuso, probablemente se desarrolla ahora en algún lugar del mundo, y ese lugar podría ser Venezuela.

Previamente, la nueva tipología de combates otorgó a la guerra híbrida el rol de desplazar los tradicionales enfrentamientos entre grandes contingentes militares. En realidad, cada vez se habla menos de guerras convencionales, en parte porque la ambigüedad se ha impuesto como estrategia para sumir en confusión al adversario. Todo se juntó. De pronto, terrorismo, insurgencia, delincuencia común, se mezclaron con operaciones militares formales. Han sido cambios en la manera de hacer la guerra y esta evolución materializada en este siglo es interpretada como una reacción a la superioridad militar de Estados Unidos.

En el libro “La Guerra Futura”, el célebre profesor emérito de estudios de guerra Lawrence Freedman se refiere a que occidente no estaba preparada para este nuevo tipo de conflicto.

Los parámetros que definían claramente un conflicto han cambiado.

La Primera Guerra de Chechenia (1994-1996) generó la primera mención que se conoce en documentos de Estados Unidos sobre guerra híbrida para advertir de tácticas empleadas por la insurgencia chechena contra el ejército ruso, pero fue James Mattis exsecretario de Defensa de Estados Unidos, quien teorizó sobre el término en el estudio “La guerra del futuro: la llegada del conflicto híbrido” en 2006, al referirse a la guerra entre Israel y Hezbollah. Años después las intervenciones rusas en Crimea y Ucrania hicieron de lo híbrido un debate mundial.

En el 2019, el jefe de Estado Mayor del Mando Conjunto de Ciberdefensa de España, D. Enrique Cubeiro Cabello, aportó al debate sobre este tipo de conflicto: “A diferencia de una contienda bélica con frentes clásicos, la guerra híbrida combina el empleo de estrategias militares no convencionales con operaciones hostiles de inteligencia persuasiva o amenazas y presiones políticas y económicas. Acciones que buscan el fin último de debilitar, someter la voluntad del adversario”.

Entonces el escenario se volvió aún más complejo. El empleo de nuevas tecnologías, especialmente Internet, significó un salto cualitativo. Se comenzó a hablar de cibertaques, desinformación o propaganda, desarrollados en el ciberespacio. El control de la narrativa pasó a ser prioritario

¿Venezuela puede ser
Zona Gris?

Zona Gris es un territorio construido por grupos o países que aprovechan el vacío de Estado para desdibujar fronteras, lo que facilita su expansión. La constitución de este espacio suele ser impulsado por países tradicionalmente considerados revisionistas. Se trata de un sistema fluido, adaptativo que usualmente se sostiene por grupos irregulares armados, vinculados al comercio ilegal como el de las drogas.

 

Josep Baqués Quesada, doctor en Ciencias Políticas y profesor de la Universidad de Barcelona explica que la Zona Gris responde a una maniobra donde la guerra abierta está descartada debido principalmente a las capacidades de respuesta militar que mantienen las potencias defensoras del status quo. Se trata de un modo de alcanzar objetivos de gran relevancia estratégica sin necesidad de generar un casus belli, en ese sentido, los actores procuran no cruzar determinadas líneas rojas. Quienes generan una Zona Gris tienen en cuenta los parámetros del derecho internacional (artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas), bajo lo que podría interpretarse como prudencia política.

“Es una de las razones que convierte en plausible la hipótesis de que este tipo de conflicto de baja intensidad está llamado a proliferar en los próximos años. Idealmente, la Zona Gris debería cubrir sus objetivos sin dar pie a guerra alguna, aunque también podría planificar el comienzo de una guerra híbrida a partir de su previo establecimiento”, explica Baqués.

“Muchos de los actores involucrados en conflictos saben que no tienen fuerza o no quieren una confrontación bélica directa. Son potencias como China, Rusia e Irán, opuestas a Estados Unidos, que, aliadas coyunturalmente, pueden estar coordinadas, pero no necesariamente alineadas”, precisa Guillem Colom, profesor de Ciencia Política en la Universidad Pablo de Olavide, España.

“En realidad, la Zona Gris es utilizada porque las demás opciones podrían activar una escalada bélica. La Zona Gris consigue desplegar todos los efectos previstos, puede causar cambios relevantes en el sistema político global, con poco o nulo desgaste por parte de quien la genera.

En el caso de Venezuela, algunos países estarían tratando de fortalecer o de mantener a un gobierno que técnicamente está siendo cuestionado por la comunidad internacional. El objetivo entonces sería utilizar al Estado venezolano, guiarlo hacia una posición que a ellos les conviene en tanto la geopolítica mundial”, indica Baqués.

“De hecho, China, Rusia e Irán han logrado mantener alejada a Venezuela de las órbitas de las democracias liberales, de los estados de derecho en el mundo y han presionado para que Venezuela se enfrente a Washington tratando de convertirla en la nueva Cuba”, agrega Colom.

En la Zona Gris se socava y fractura la cohesión social, la población pierde confianza en sí misma y en su liderazgo, se propicia la decadencia del sistema político liberal y del sector empresarial, y es afectada la imagen de las organizaciones nacionales e internacionales. Se trata de un ataque deliberado a las vulnerabilidades de los Estados democráticos, sus instituciones y su población.

Es un terreno resbaladizo que genera o aprovecha la desinformación, el engaño, donde las campañas de propaganda política son una fuerte herramienta, así como la pugna entre narrativas para imponer su legitimidad ante la opinión pública propia y extraña. Son operaciones que involucran a grupos irregulares con funcionarios del Estado, con fortalecimiento de las técnicas de resistencia civil. Desde ese espacio abundan los ciberataques.

Aliados con los criminales

«Vamos por ustedes. Esta sangre derramada no se va a quedar así (…). ¡Fuera de Venezuela!”, gritó el ministro de Defensa Vladimir Padrino López dirigiéndose a través de los medios de comunicación a la guerrilla colombiana en una planificada actuación pública con la que pretendía lavar su cara ante las tropas que aún lloraban a tres soldados venezolanos asesinados y otros diez heridos en una emboscada del Ejército de Liberación Nacional, ELN.

La acción criminal había sido la respuesta de la guerrilla a la detención de Luis Felipe Ortega Bernal, alias Garganta, solicitado por terrorismo, rebelión y secuestro. No fue complicado detenerlo. Su paradero era conocido por las autoridades venezolanas que lo buscaron en la comunidad indígena de Picatonal, en Puerto Ayacucho, Amazonas.

Era mediados de noviembre de 2018 y el mayor general Manuel Cristopher Figuera aún no cumplía un mes en el cargo de director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional, Sebin. Había escuchado con atención el discurso de su jefe. Luego, al expresarle complacencia por la firmeza de sus palabras, Padrino lo sorprendió con su respuesta: “a estos hombres (los guerrilleros) hay que pedirles permiso para no meternos en problemas”.

El desempeño de Padrino López desde el Ministerio de la Defensa durante siete años ha sido clave en la deformación de la Fuerza Armada venezolana. Deformación que se extiende bajo el mando de Maduro hacia las instituciones de seguridad civiles y militares, nacionales y regionales. En Venezuela todos esos organismos se asocian con grupos armados no estatales violentando la ley y el principio de soberanía.

La alianza con la guerrilla colombiana la comenzó Hugo Chávez desde el primer día de su gobierno. Un punto de cuenta logrado de manera exclusiva, así lo demuestra. El documento del 10 de agosto de 1999, firmado por el capitán de navío Ramón Rodríguez Chacín, establece acuerdos de cooperación entre los irregulares y el nuevo presidente. Rodríguez Chacín traía el antecedente de haber sido uno de los autores de la Masacre de El Amparo, en la que 14 pescadores fueron asesinados en la ribera del caño La Colorada en el estado Apure, frontera con Colombia el 29 de octubre de 1988. Chávez había designado a Rodríguez Chacín como director de Inteligencia de la policía política aún llamada Disip, aunque su inclinación fue siempre hacia las acciones encubiertas. Ésta, en particular, encomendada por Chávez, era ignorada por su jefe, el director del organismo policial, el teniente coronel del Ejército Jesús Urdaneta Hernández. 

Padrino López es responsable de la deformación de la fuerza armada venezolana.

Chávez operaba así. La relación de Rodríguez Chacín con la insurgencia armada todavía se mantiene hoy, tal como se comprobó en los hechos ocurridos entre marzo y mayo de 2021 en el estado Apure, en los que Rodríguez Chacín fue el negociador para llegar a acuerdos con la disidencia de la Fuerza Armada Revolucionaria de Colombia, FARC.

El punto de cuenta entre Chávez y la guerrilla estableció algunos límites en las acciones de los insurgentes en el territorio venezolano (no atacar, no entrenar a militantes) a cambio del privilegio de acceder al contacto directo con el alto mando, medicamentos, venta de petróleo, financiamiento y apoyo para asilo y tránsito. Las deferencias hacia los irregulares crecieron ostensiblemente con el tiempo.

Recordemos que la Zona Gris suele expresarse en la integración de poderosos elementos criminales y movimientos irregulares junto a instituciones formales. Una convivencia de delincuentes con funcionarios del Estado es imposible que se materialice sin el acompañamiento del alto gobierno.

Esa es parte de la explicación de por qué Venezuela está plagada de grupos armados no estatales. Una investigación confidencial en la que participó la reputada Fundación Insight Crime arrojó evidencias de que estos grupos están siendo apuntalados por Nicolás Maduro a través de un nexo criminal-político en el que además el régimen participa en los ingresos obtenidos por sus delitos.

Grupos armados no estatales

La investigación en la que participó Insight Crime documentó la existencia de los 30 grupos armados no estatales más poderosos en Venezuela. Hemos integrado ese valioso trabajo de investigación con el de otros especialistas. La mayoría coincide en que los cinco grupos más relevantes son: colectivos, megabandas, trenes y pranes, guerrilla y carteles del narcotráfico.

El trabajo refiere que una parte de estos grupos armados no estatales actúa con el único objetivo de obtener dinero de sus fechorías con el narcotráfico o con otros delitos que van desde la extorsión, pasando por el contrabando de combustible, comida y medicinas, hasta la extracción de recursos mineros.

 

Bandas armadas tomaron Venezuela : 30 grupos armados no estatales han venido tomando el territorio venezolano con la anuencia de las autoridades

Otros grupos son encargados para el trabajo político, altamente valorado por el régimen. En los sectores populares, ciudadanos entrenados por cubanos suelen ser acreditados por organismos de inteligencia oficial civil y militar para buscar información y cazar librepensadores. Quien es detectado o señalado por los delatores, termina acusado, torturado y depositado en las mazmorras venezolanas; algunos han sido asesinados. Muchos de los grupos armados imponen control social y ejercen funciones de gobierno, entre ellos los colectivos.

Los colectivos

Creados por Hugo Chávez, los colectivos son grupos con raíces políticas a los que les otorgó permiso de ejercer la violencia para defender su supuesta revolución. Han recibido del gobierno apoyo financiero y armas. Ejercen control social en la comunidad con gran fuerza en la parroquia 23 de Enero, frontera de Miraflores. De estos grupos, unos pocos han mantenido la razón de su origen; la mayoría se sumió en delitos y violencia dentro y fuera de su territorio. Se destacan entre ellos, Alexis Vive, Tres Raíces, La Piedrita, Los Tupamaros y Movimiento de Liberación Carapaica. En momentos relevantes de protestas en las calles, han actuado con violencia contra la población.

Las megabandas

Desde que Maduro llegó al poder comenzó en ejecución un plan diseñado por los cubanos que, conscientes del escaso carisma y liderazgo del sustituto de Chávez, necesitaban garantizar el absoluto control de los barrios. Se procuraba trascender al ejercicio de los colectivos armados hacia otras áreas de enorme población y complejidad topográfica.

El plan comenzó el año 2013 en Petare al este de Caracas. Un joven llamado Wilexis Alexander Acevedo Monasterios que, con apenas 20 años ya pagaba condena en la cárcel de Tocorón por homicidio, secuestro, extorsión y robo, fue sacado de prisión para ser investido como juez de paz por el debutante gobierno de Maduro. Wilexis asumió su rol hasta para sentenciar a muerte a quien desobedeciera sus reglas. Se granjeó a punta de armas, el temor; y con muchos recursos, el aprecio de la comunidad. En poco tiempo logró reclutar cerca de 300 jóvenes de entre 13 y 30 años que debían estar listos para “echarle plomo al pueblo” por lo que fue dotado de rifles de asalto AR15, ametralladoras Uzi, pistolas, granadas y luego drones y sofisticados equipos de comunicación. En Petare nadie podía protestar.

En el 2017 la estrategia del control de los barrios se fue extendiendo por varios sectores del país y hacia una amplia parte del oeste de la capital, la Cota 905, en el centro de las parroquias La Vega, Santa Rosalía y El Paraíso, donde se calcula pueden vivir unas 300 mil personas. Ese año la Cota 905 fue nombrada Zona de Paz, un acuerdo entre el régimen y las bandas delictivas para que los cuerpos de seguridad no ingresaran a su territorio a cambio de mantener a raya a la comunidad. Hasta principios de 2021 el plan parecía funcionarle a Maduro. Los líderes de la banda, Carlos Calderón, alias El Vampi, Garbis Ochoa Ruiz, alias El Garbis y Carlos Luis Revette, alias El Koki, administraban recursos producto de sus fechorías y el pueblo nunca protestaba. Cumplían funciones de gobierno; por ejemplo, si faltaba el servicio de agua, ellos se encargaban de secuestrar un camión cisterna; pagaban materiales de construcción si era necesario reparar casas; organizaban jornadas para repartir comida y juguetes en celebraciones memorables, y ofrecían las mejores fiestas y encuentros deportivos. La banda llegaba hasta la parte más alta de la montaña, donde ninguna autoridad ha accedido. Era el oasis para el crimen. Podían extorsionar, robar o secuestrar en otros barrios y en la Cota 905 estaban protegidos.  

Las dos megabandas de Caracas se convirtieron en estancos de delitos con ejércitos propios apertrechados con armamento suministrado por el régimen que les incrementaba poder en la medida que la crisis económica se fue agudizando. Pero la luna de miel se acabó. Primero fue Wilexis quien se alzó en Petare en el 2019 cuando la policía le mató a un ser querido, su escudero, y después fueron los jefes la banda de la Cota 905 que decidieron ampliar su territorio de control por lo que el régimen se vio obligado a ejecutar un aparatoso operativo con más de 3 mil funcionarios civiles y militares. Así, al menos temporalmente, retomó el control de los barrios del este y el oeste de la capital, aunque ninguno de los jefes de las bandas fue atrapado. Se tiene confirmado que uno de ellos fue protegido por el exministro de Juventud y Deportes, Antonio Alvarez, alias El Potro, quien resguardó a El Koki en las instalaciones del Instituto Nacional de Hipódromos. Probablemente la situación se repitió en otras instancias. Se ha comprobado que la banda de la Cota 905 tenía gente empleada en la vicepresidencia con Delcy Rodríguez y que El Vampi ha prestado con frecuencia servicios de seguridad en las minas de oro a funcionarios del régimen. 

Pranes y trenes

Los pranes y los trenes nacen del sistema de prisiones y han logrado extender su poder fuera de los barrotes incluso más allá de las fronteras venezolanas. Son la autoridad en las cárceles convertidas en territorio de fructíferos negocios sostenidos por delitos que van desde el tráfico de drogas hasta la extorsión. Destaca El Tren de Aragua, el más poderoso de los grupos, liderado por el PRAN (acrónimo de preso rematado asesino nato) Héctor Guerrero Flores, conocido como El Niño Guerrero, confinado en la cárcel de Tocorón, estado Aragua. Se trata de delincuentes sanguinarios con tanto poder que han entrado en disputa con la guerrilla colombiana por territorio fronterizo ya que la crisis los hizo emigrar en busca de otros destinos menos deprimidos. Así, ciudades que limitan con Venezuela sufren los embates de este grupo criminal que se conecta con redes que trafican personas y extorsionan a comerciantes. Se han reportado delitos atribuidos a sus miembros en Ecuador, Perú, Brasil y Colombia.

En Venezuela hay tantos trenes del delito como cárceles. La mayoría son bautizados según la región. La principal protectora de los pranes es la exministra de Prisiones, Iris Varela, quien les ha brindado insólitos privilegios a cambio de sus servicios lo que le ha permitido ufanarse de contar con un ejército de presos para quienes en una ocasión llegó a solicitar 30 mil rifles al ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López. Violando la ley, ha ejecutado liberaciones masivas de más de 500 detenidos en los últimos años. Como mínimo ha incorporado a 300 presos a la Policía Nacional Bolivariana. 

Pranes 02

La guerrilla

Informes de inteligencia colombianos calculan en 1.500 sujetos la presencia de las disidencias de la Fuerza Armada de Revolución de Colombia, FARC y del Ejército de Liberación Nacional, ELN, en Venezuela. Para los expertos, la guerrilla colombiana es sin duda, el sector armado no estatal más poderoso en el país. Encabezada por el ELN, fortalecida y convertida en los últimos años en ejército binacional, cuenta con sofisticados equipos y armamento que, aprovechando la desmovilización de la FARC y soportados en la alianza con Maduro, se ha extendido por casi toda Venezuela. Luego, en tanto fortaleza, está la disidencia de la FARC liderada por Miguel Botache Santillana, alias Gentil Duarte, quien manda en El Arauca, con el recorrido por Apure y Táchira; también está en el estado Amazonas. Gentil Duarte se rebeló contra la Segunda Marquetalia liderada por Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, y Seuxis Hernández, alias Jesús Santrich, lo que generó un enfrentamiento que involucró a la Fuerza Armada venezolana la cual se vio sorprendida y doblegada entre marzo y mayo de 2021. En medio de ese proceso, Santrich fue asesinado el 17 de mayo en el lado venezolano de la Serranía de Perijá sin que aún se conozca si lo ejecutó Gentil Duarte o un comando enviado desde Colombia. El tercer grupo guerrillero es la Segunda Marquetalia, restos de una FARC que estableció vínculos sólidos con el chavismo que siempre lo ha protegido.

Documentos de la computadora de Gentil Duarte publicados a mediados de agosto de 2021 por la revista Semana de Colombia, hicieron recordar los pactos que desde 1999 Chávez manejó a través de Rodríguez Chacín con la guerrilla. En el texto periodístico de la revista, Gentil Duarte propone a Maduro ciertas condiciones para la permanencia y tránsito por los estados fronterizos Zulia, Táchira, Apure, Bolívar y Amazonas. La petición puede entenderse como un gesto de buena voluntad para convivir el cual tiene su precio: “5 mil fusiles, 500 ametralladoras, 50 morteros, sistemas antitanques, sistemas nocturnos y armas cortas”, registra la publicación. Gentil Duarte señala como enemigos a los mismos que así califica Maduro: Colombia y Estados Unidos, y promete luchar contra ellos.

El narcotráfico

Un quinto grupo armado no estatal fue incluido en el estudio de Insight Crime. Se trata de los narcotraficantes con presencia en Venezuela y que con el chavismo se han fortalecido y asociado con las bandas de droga colombiana. Son los carteles de La Guajira y Paraguaná. El informe refiere que en las últimas dos décadas ha habido una creciente participación de las estructuras criminales venezolanas en el negocio. En la operación, las entidades locales ofrecen servicios a los distribuidores de droga colombianos, pero también están comprando y vendiendo cargamentos de cocaína, y organizando el transporte más allá de las costas venezolanas. Debe destacarse que el estudio no incluyó al Cartel de los Soles porque esta organización criminal “opera directamente dentro del Estado” con una estructura compleja de muchas redes con participación protagónica de los miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, FANB, activos y retirados de distinto nivel y funcionarios civiles de muchas instituciones gubernamentales que ofrecen logística, transporte, seguridad y apoyo para la distribución a los carteles de la droga. Los investigadores ubican al Cartel de los Soles como la red de narcotráfico más poderosa de Venezuela.

Maduro ha apoyado claramente la guerrilla colombiana facilitando sus actividades delictivas.

Permiso para matar

Los funcionarios del régimen protegen, facilitan las actividades e incluso actúan en sociedad en los negocios ilícitos con los grupos armados no estatales, situación única en América Latina donde los gobiernos persiguen a los criminales.

Son los jefes del chavismo los que manejan los hilos de la organización criminal que, con la imposición del miedo, intimida, extorsiona, amenaza o agrede a la población con un objetivo fundamental: evitar cualquier asomo de protestas contra Maduro para preservarle su poder que conlleva mucho dinero. Nadie debe dudar que la jerarquía del régimen disfruta de ingentes ingresos mientras el país se empobrece.

Los cinco grupos armados de la anterior clasificación cuentan con la complicidad circunstancial o permanente de miembros de la élite del poder nacional y regional. Se trata de una relación publicitada, una sinergia en la que representantes de los distintos poderes se funden en una sociedad que coloca a las instituciones al servicio del crimen. En esta realidad el ciudadano está indefenso en ausencia de estado de derecho. Se premia al criminal que no oculta sus privilegios.

Nicolás Maduro, su esposa Cilia Flores, y Nicolás Maduro Guerra llevan la batuta para certificar las corporaciones criminales. La línea continúa con Diosdado Cabello, vicepresidente del partido oficialista PSUV; Tareck El Aissami, vicepresidente sectorial de Economía; Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional; Delcy Rodríguez, vicepresidenta del Poder Ejecutivo y Vladimir Padrino López, ministro de la Defensa, pasando por decenas de personajes conocidos por su inocultable relación con poderosos grupos delictivos. Por su violencia destaca Iris Varela, exministra de Prisiones que declaró en 2019, “si nos amenazan con 5 mil marines, nosotros tenemos 45 mil presos”. Varela ha llegado a organizar ataques de delincuentes contra movilizaciones opositoras. Por su lado, Antonio “El Potro” Álvarez se comporta como una especie de embajador de los pranes de las cárceles desde donde ha trascendido su mediación en casos de secuestros. Carmen Meléndez representante del oficialismo para la alcaldía de Caracas y miembro del clan presidencial, y Freddy Bernal, virtual gobernador de Táchira por aclamación de la guerrilla y aliado de Diosdado Cabello, se suman a la corte de mandatarios regionales y demás funcionarios protectores de delincuentes sin importar cuán sanguinarios sean.

Informes de seguridad confirman que Venezuela es hoy una zona ocupada por grupos armados no estatales que operan como organizaciones criminales y que en muchos casos han llegado a ejercer las funciones de gobierno.

Es preciso destacar el efecto geopolítico de las acciones de los grupos armados no estatales en territorio venezolano. Los expertos consideran que además de los Estados, otros actores como los grupos irregulares o los terroristas son capaces de generar Zonas Grises dentro de otros Estados, -el Dáesh en 2014, cuando el grupo Estado Islámico lanzó ofensiva contra ejércitos de Irak y Siria-, o el Hezbollah contra Israel.

Sin pretender ocultarlo, Maduro ha apuntalado a los grupos armados no estatales y ha estimulado sus actividades criminales convencido de que también podrían operar como su sistema de defensa frente a una reacción internacional.

Morir de hambre

Una noticia causó estupor el 29 de octubre de 2020: Silvia Margarita Sandoval Armas de 72 años y su hermano Rafael David de 73, fueron encontrados muertos por inanición en su apartamento ubicado en Puente Hierro, Caracas. Morir por hambre no era un titular que cabía en la imaginación de los venezolanos, pero la crisis económica guiada por el chavismo ha obligado a colocar nombres en un registro impensable para un país que hasta hace menos de 20 años desbordaba en riquezas. Los ancianos fallecidos vivían solos, dependían de los alimentos suministrados por los vecinos ya que la pensión de 1,61 dólares se esfumaba en la inflación. Ella fue quien primero se desvaneció. Cayó al piso en la cocina sin que su hermano tuviera fuerza para levantarla. Rafael murió en su cuarto 12 horas después, indicaron cálculos forenses.

El hambre también azota a los niños. Los investigadores de Proyecto Encovi, Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, registraron en 2020 que 30% (639 mil) de los niños menores de 5 años presentaba desnutrición crónica (por talla o estatura) y 21% (447 mil) desnutrición global (por indicador peso/edad). Estos niveles nutricionales están en el renglón de los países más pobres del mundo.

Ruinas hipotecadas, eso queda de Venezuela. La pregunta es recurrente: ¿Cómo un país tan próspero se ha derrumbado así? Nicolás Maduro ha llevado al país a la agonía y ha sido el ejecutor de convertir un Estado centrofederal con un gobierno democrático, en un Estado fallido donde lo ilegal está por encima de lo legal. Esta deformación está lejos de ser casual. Se trata de un régimen voraz del financiamiento necesario para mantenerse en el poder, donde su jerarquía amoral participa en la repartición de los negocios que, si son oscuros mejor, y que ofertó al país a los grupos delictivos y a los países interesados en contrastar con Estados Unidos.

Maduro subastó Venezuela a la criminalidad y Miraflores se mantiene con actividades ilícitas. La dinámica calza con lo que el exgobernador y exministro Carlos Tablante ha definido como Estado Delincuente. “Un partido único, un pensamiento único, la ausencia de los poderes, la sustitución sistemática del orden legal y constitucional por un orden arbitrario impuesto por el autócrata, en un ambiente de impunidad para el delito”.

La pobreza extendida

Mientras la élite chavista se amalgama con la corrupción para mantenerse en el poder y multiplica riquezas incalculables compartidas con mafias poderosas y otros países aliados, la pérdida de los ingresos desde que Maduro ocupa Miraflores es de 98,6%. Es decir, 50 mil millones de dólares se redujeron a 743 millones. El sistema productivo se desintegró.

Los números son devastadores. Cálculos de la encuesta de Encovi realizada por las universidades más importantes del país situó para 2021 la pobreza general en 96% y 79.3% la pobreza extrema.

Y aunque Maduro haya asegurado con la mano en el corazón que la pobreza general apenas está en 17% y la extrema en 4%, estudios con credibilidad lo desmienten. El informe global del Fondo Monetario internacional de abril de 2021 indica que Venezuela tiene uno de los peores resultados económicos del planeta. Según los expertos, la caída acumulada de su PIB no tiene comparación en el mundo con ninguna nación.

Los servicios públicos no sirven

El deterioro de vida que sufre el ciudadano es inocultable. Tres cuartas partes del país tiene déficit de servicios públicos. En algunos estados el abandono es casi total como Delta Amacuro cuya deficiencia es de 99.9%.

Un estudio del Observatorio Venezolano de Servicios Públicos arrojó que 75% de los hogares no recibe agua de manera continua. Hoy se distribuye la mitad del agua que se producía 22 años atrás. Es una maldad el abandono a una infraestructura que era de excelente calidad y que nunca en 20 años recibió mantenimiento, ni su tecnología fue renovada. El personal técnico fue suplantado por funcionarios seleccionados por su obediencia al régimen con nivel cero de capacitación.

Una de las alternativas ideadas por la administración de Maduro terminó en otro acto de corrupción esta vez con la empresa mexicana Libre Abordo SA a la que compraron 552 camiones cisterna que pagaron con un sobreprecio de 256 millones de dólares, según denunció la ONG, Monitor Ciudad.

El negocio de los camiones cisterna también ha sido dirigido para favorecer el financiamiento de los colectivos, grupos armados no estatales, según denunció el sacerdote jesuita, párroco de La Vega, Alfredo Infante. Algo parecido en beneficio de los iraníes, denunció el arzobispo de San Cristóbal, estado Táchira, Monseñor Mario Moronta.

En la oscuridad

El régimen ha sido creativo para inventar versiones que tratan de justificar la crisis del sector eléctrico. Han culpado a una fauna variada, desde zamuros hasta iguanas, aunque su versión favorita ha sido apuntar a una conspiración internacional. Lejos quedó una Venezuela que exportó energía hidroeléctrica y termoeléctrica a Colombia, Brasil y Trinidad.

La larga lista de razones para el declive del sistema eléctrico del país la encabeza indiscutiblemente la corrupción y a partir de allí se han acumulado problemas que han hundido al sector que carece de personal capacitado.

En la corrupción del sistema eléctrico la empresa Derwick Associates quedó en el registro de la vergüenza anexando el neologismo de bolichico, bautizado así por la corta de edad de sus propietarios, Alejandro Betancourt de 29 años y Pedro Trebbau de 26 que, sin experiencia en la materia, lograron en solo 14 meses, entre 2009 y 2011, ganancias por contratos con empresas públicas como mínimo por 2 mil 500 millones de dólares. Los contratos fueron entregados sin licitación.

¿El resultado? Para julio 2021, en más de la mitad del país el servicio eléctrico fallaba todas las semanas. En los lugares menos poblados la situación es dramáticamente peor.

La educación derrumbada

La educación venezolana confronta una emergencia humanitaria compleja. La cobertura educativa se ha estancado y la demanda potencial de educación se ha reducido. La asistencia es irregular y casi millón y medio de adolescentes están en riesgo de exclusión definitiva del sistema. Los jóvenes y niños se ausentan por razones que patentan la crisis: problemas de agua, apagones eléctricos, escasez de comida, fallas de transporte y ausencia de docentes. Solo entre 2015 y 2020 más de 100 mil docentes abandonaron el sistema educativo.

El deterioro del espacio físico tampoco ayuda. La falta de mantenimiento de la infraestructura, el nulo equipamiento y dotación en los planteles, ha reducido el número de escuelas operativas en el país.

La tragedia se extiende a las universidades.

Comenzando la tarde del 17 junio de 2020 se vino abajo la porción de una obra maestra, así declarada en diciembre del 2000 al ser designada la Universidad Central de Venezuela Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco. El techo de uno de sus pasillos, ubicado frente a la Facultad de Humanidades, se había derrumbado.

En la memoria colectiva está que Venezuela fue puntero en el desarrollo de universidades en Suramérica.

Cinco universidades autónomas resisten en agonía mientras son diariamente saqueadas por la delincuencia, penetradas por los organismos de seguridad, asfixiadas sin recursos. Los estudiantes y profesores rebeldes son agredidos, amenazados y detenidos incluso por organismos militares. La injerencia del Poder Judicial ha impedido la renovación autónoma de las autoridades. Todo gesto de independencia tiene como reacción la evidente decisión de una dictadura que desprecia el conocimiento. A las universidades privadas la crisis también las ha secado.

La libertad académica ha sido erosionada porque el objetivo es el control político de los programas educativos y de investigación, por lo tanto, el régimen ha aplicado la tenaza para asfixiar a las casas de estudio, cortándoles el presupuesto. En esas condiciones es imposible sostener la infraestructura en pie, o comprar equipos, muchísimo menos capacitar al personal docente.

A las universidades solo les es aprobado entre 1% y 30% por ciento del monto solicitado, y de ese monto, 90% es destinado a los salarios. El trabajo académico queda anulado.

El efecto tiene un rebote dramático Un Informe del Proyecto de Monitoreo de la Libertad Académica de Scholars at Risk, refiere cómo “la producción de investigación en Venezuela, los artículos publicados y su lugar en los rankings universitarios internacionales han disminuido significativamente”.

La andanada contra las universidades le ha dado frutos a la dictadura que a toda costa quiere impedir la libertad de pensamiento y el mínimo intercambio de ideas.

Aún así las universidades resisten, aunque nada indica que la situación vaya a mejorar.

Tiros de gracia

El asesinato del inspector, experto en vuelo, paracaidista y buzo de combate Oscar Pérez, casi fue transmitido en vivo. Su ejecución forma parte del expediente que el fiscal Kharim Khan ha impulsado a su fase de investigación en la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad. El extenso dossier acumula delitos de un régimen sanguinario con la documentación de más de 2 mil violaciones graves a los derechos humanos planificadas y ejecutadas por la élite del régimen y los jefes de organismos de seguridad.  

Oscar Pérez tuvo una hoja impecable durante los 15 años en los que formó parte del Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas. Una vez que se pronunció en junio de 2017 contra Maduro, el régimen lo sentenció. Eran días de protestas antigubernamentales. Siete meses después de haber retado a la dictadura, el 15 de enero de 2018, la casa donde se encontraba en la clandestinidad en El Junquito en las afueras de Caracas, fue atacada en una acción de siete fuerzas especiales de seguridad civiles y militares que llegaron a utilizar un misil RPG-7, a pesar de que Pérez, junto a seis miembros de su grupo, había anunciado su rendición. El fiscal Karim Khan tiene en sus manos las pruebas de que Oscar Pérez y sus compañeros fueron ajusticiados con tiros en la cabeza y que nunca hubo enfrentamiento.

Organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos y la Misión de Determinación de los Hechos de las Naciones Unidas para Venezuela concluyeron en que por lo menos 18.093 ejecuciones extrajudiciales han sido llevadas a cabo por fuerzas de seguridad del Estado o colectivos. Se trata del uso sistemático de la violencia desde 2014 con el fin de reprimir a la oposición política y aterrorizar a la población. 45 funcionarios estarían directamente involucrados.

La evidencia según los expertos es aterradora. Asesinatos sistemáticos, torturas y violencias sexuales, habrían sido cometidos a partir de órdenes emitidas desde lo más alto: Nicolás Maduro y miembros del Ejecutivo, y las cabezas de organismos de seguridad.

Venezuela huye en estampida

César no conocía a Irma cuando decidió levantar su cuerpo desvanecido y cruzarlo sobre su hombro derecho mientras atravesaba al río Grande entre la frontera de México y Estados Unidos. Entrenado para el deporte, en especial el béisbol, pudo zanquear las frías aguas sin mayor problema. La patrulla fronteriza de Texas los esperaba igual que a casi 100 venezolanos que ese 26 de mayo de 2021 se habían arriesgado a entrar a EE.UU. de manera irregular huyendo de la dictadura y la crisis económica en Venezuela. César Padrón con 24 años nació en Maracaibo y la señora Irma de 72 también. La imagen grabada por el fotógrafo Go Nakamura de la agencia Reuters le dio la vuelta al mundo.

Las alarmas le sonaron al régimen de Maduro de inmediato y el plan para desacreditar la escena se activó en todos sus niveles.

A las pocas horas las cuentas oficialistas se referían a supuestos viajes frecuentes de César a Miami y calificaban la noticia como una operación mediática para sobredimensionar la crisis humanitaria enfocada en hacer propaganda para canalizar un cambio de régimen. La narrativa de las fuentes oficialistas trató de poner en duda la veracidad de la imagen: “es falsa, allí hay muchos cocodrilos; esas travesías se hacen de noche; la patrulla fronteriza los trató demasiado bien; qué casualidad que los periodistas estaban exactamente a la hora y lugar de los ingresos irregulares”. En paralelo, atribuyeron el video a un plan de Reuters, Fox, y otros medios norteamericanos y portales venezolanos. “La gente cruza el río y sale seca”, comentó burlándose Diosdado Cabello, segundo jefe del partido oficialista, PSUV.

La innegable realidad

Las Zonas Grises encuentran su espacio en países con poca libertad y donde quienes detentan el poder carecen de escrúpulos y burlan la ley. En esas condiciones, Internet es utilizado como un potente instrumento para influir a gran velocidad sobre la opinión de cualquier individuo o grupo. Los social media pasan a ser herramientas o armas de combate. En el nuevo y gigantesco mundo de la información 2.0 y 3.0, esa misma noticia es más susceptible de ser manipulada por quien tenga más recursos para hacerlo.

Los mensajes manipulados impactan negativamente sobre la verdad. Aunque hay hechos que al régimen se le hace imposible desmentir. Por ejemplo, que el número de inmigrantes y refugiados venezolanos supera el total de la población de 100 países o territorios, entre ellos Costa Rica, Irlanda o Noruega. Más de 6 millones de venezolanos han huido del país, es la cifra que en septiembre de 2021 registró Naciones Unidas. El escenario del próximo año empeora. Cálculos del Grupo de Trabajo de la Organización de Estados Americanos para abordar la crisis de migrantes y refugiados en Venezuela que encabeza David Smolansky proyecta que para inicios de 2022 el éxodo sería de 7 millones de personas, el más grande del mundo, superando a Siria. Tristemente.

Los llamados caminantes han llegado a andar hasta cuatro mil kilómetros a través del continente. Los testimonios sacuden el alma. En el intento de huir hay venezolanos que han fallecido. En el 2019 se registró un estimado de más de 100 muertes, en una estadística difícil de documentar.

A Maduro le molesta que trascienda que el venezolano huye. Para ser precisos, lo que le irrita es que la comunidad internacional conozca esta realidad. Maduro celebra que la masa crítica salga del país, pero desearía que ocurriera en silencio.

Al acecho de Colombia

La opacidad en la frontera venezolana con Colombia atenta contra la seguridad en toda la región. Como se ha venido demostrando, nada ha sido casual. Los ataques de Nicolás Maduro contra el presidente Iván Duque generan un continuo desgaste que casi todos los expertos incluyen como parte de un plan.

Maduro se sostiene sobre las redes ilícitas para procurar debilitar institucionalmente a Colombia y dentro de ese proyecto la maquinaria venezolana con la asistencia de sus aliados construye una narrativa que con mucha agresividad penetra medios y redes sociales para desinformar.

Un análisis forense digital presentado por el experto en seguridad global Joseph Humire demuestra que, en los sucesos de mayo de 2021 en Colombia, participaron más de 7 mil cuentas de trolls en las redes sociales administradas por granjas de clics en Bangladesh, México y Venezuela, posiblemente a través de servidores de Rusia y China. Iguales evidencias se tienen de imágenes y videos virales sacados de contexto para manipular contra la actuación del presidente Duque.

“Colombia ha sido el objetivo principal de la estrategia de seguridad de Venezuela desde los albores de la revolución bolivariana”, asegura Humire al recordar que Chávez cuando era presidente en Venezuela en el 2005, convocó a prepararse para una guerra asimétrica en un foro militar.

Los sucesos del 11 de abril de 2002 aceleraron la desestructuración de la Fuerza Armada venezolana lo que caminó en paralelo con la corrupción. “Desde 2008 -precisa Humire- Chávez transformó al ejército venezolano que pasó de ser una estructura convencional sobre capacidades de dominio de defensa a una estructura asimétrica centrada en el control del territorio. Para eso fueron creadas las Regiones Estratégicas de Defensa Integral, REDI, como 5 comandos regionales de combate incorporados a milicias civiles y otros actores armados no estatales repartidos en 24 zonas de defensa integrada, denominadas Zonas Operativas de Defensa Integral, ZODI. Esa estructura, que, según Chávez, rompería las cadenas de la vieja geografía conservadora, imperial y colonial de Venezuela, fue expandida aún más por Maduro, ampliando las REDI a 8, y las ZODI a 28. Además, fueron creadas 99 áreas con unos ´jefes de mapa´ que bajos los hechos, coordinan la integración entre los elementos criminales y los miembros de la Fuerza Armada venezolana. Esas zonas no han dejado de multiplicarse. Otras 3 nuevas ´temporales´ han sido activadas desde el 2020 en la frontera donde la guerrilla colombiana comparte con la FANB operaciones de narcotráfico y otros delitos. Este tipo de operación armada camina en paralelo con otras acciones. La revolución bolivariana necesita capitalizar el malestar actual en Colombia amplificando la desinformación para causar confusión y sembrar divisiones”, asegura Humire.

“De eso hay plena conciencia en el gobierno de Duque, tanto en el Ministerio de la Defensa como en las fuerzas militares y la policía -asegura el abogado y exviceministro de Justicia colombiano, Rafael Nieto Loaiza-. Los reportes de agentes chavistas en organismos de seguridad se han convertido en noticia frecuente. En septiembre de 2020 el diario El Tiempo publicó las identidades de un total de 29 efectivos del Sebin infiltrados para supuestamente atentar contra opositores, espiar o ejecutar acciones de desestabilización en Colombia. La lista incluye desde inspectores jefe, hasta detectives, adscritos a la policía política de la ciudad fronteriza venezolana San Cristóbal. A otros niveles se han reportado acciones de diplomáticos que accedieron a información de alto nivel recopilando información de bases militares. En febrero de 2021 se indicó que diez espías entre cubanos y venezolanos fueron detectados en los últimos cuatro años”, puntualizó Nieto.

El crimen organizado también ha logrado penetrar instancias importantes. Fuentes en Colombia informan que entre el 2017 y el 2020, dos generales de ese país han sido investigados por tener pactos con clanes de narcotráfico en la Alta Goajira, desde la unidad militar conocida como Primera División. “Dentro de esas investigaciones hay un informe de contrainteligencia donde se evidenciaría una supuesta filtración desde el Comando General de las fuerzas militares hacia la inteligencia venezolana”.

 

Unidos para el mal

La lógica va imponiendo que no hay que aferrarse a categorizaciones para el diagnóstico del escenario planteado en la región. Despojándose del sombrero académico, la comunidad que discute los temas de seguridad coincide en que lo relevante para América Latina es que la región está en peligro y que, al respecto, pareciera que no se están tomando las decisiones que las circunstancias exigen. “En el caso de Venezuela hay indicios suficientes para dar una explicación verosímil de lo que sucede porque justamente la Zona Gris trabaja con la lógica de la ambigüedad”, sentencia Josep Baqués.

“Para que haya Zona Gris tiene que haber una potencia extranjera que utilice a Venezuela para sus propios fines. El objetivo es entonces guiar a ese Estado hacia una posición en la geopolítica mundial”, precisa Baqués.

Rusia saca ventaja de operar en una Zona Gris.

Y aclara algo sustancial: “China, Rusia e Irán tienen agendas similares, pero no idénticas”. “Complementarias, dice Robert Evan Ellis, del Colegio de Guerra del Ejército de EE.UU. del Wilson Center: Estos países han logrado arrancar a Venezuela de las órbitas del mundo de las democracias liberales y enfrentarla a Washington hasta el punto de convertir esta nación en la nueva Cuba”.

Para los expertos, es fundamental determinar quiénes están detrás de los grupos armados no estatales porque siempre se va a procurar tener una capacidad militar de disuasión en este caso contra Estados Unidos. Los esfuerzos han estado dirigidos a documentar a quiénes de operaciones o inteligencia, el régimen está entrenando o adoctrinando o monitoreando para que actúen con violencia cuando sean requeridos. “La Zona Gris implicaría que tiene que haber gente de estos países -no tienen que ser miles, pueden ser docenas, centenares- que estén en territorio venezolano adiestrando a grupos armados chavistas”, explica Baqués. Al respecto, hay evidencias de que la guerrilla colombiana lo hace y que los rusos e iraníes también, en áreas específicas.

En el caso de los rusos, hay señales públicas. En marzo de 2019, Vladimir Putin envió dos aviones que aterrizaron en la rampa presidencial con cerca de 100 efectivos uniformados “para cumplir contactos técnicos militares”. Militares que fueron ubicados en lugares estratégicos como los sistemas anti-misil. ¿Y a quién reportaban? Al general Vasily Tonkoshkurov, uno de los altos generales del ejército ruso que puede ordenar un combate, una guerra. Putin sabía que si estallaba un conflicto, sus “técnicos” rusos no podrían ser agredidos porque significaría un enfrentamiento directo. De parte de Putin fue una jugada fuerte e inteligente. Un claro ejemplo de cómo Rusia saca ventaja de operar en una Zona Gris.

Dos fuentes de inteligencia coinciden en que para mediados de 2021 estaba confirmada la presencia de por lo menos 180 efectivos rusos en Venezuela. 60 de ellos en Caracas, otros distribuidos por el país. Se trata de especialistas en diversas aéreas: comunicaciones, ciberdefensa, defensa aeroespacial e inteligencia estratégica. Los identificados como grupos de apoyo fueron divididos y enviados a sectores clave: Uno a El Sombrero, estado Guárico, para resguardo, protección y control de la estación terrena de satélites; otro a Maracay, con sede en la Base Aragua controlando el eje de defensa aeroespacial occidente; un tercer equipo fue ubicado en la urbanización Manzanares, Baruta, Miranda, cerca de Maduro, y un cuarto en el Círculo Militar donde reside el general que controla y dirige el equipo y distribuye misiones circunstanciales. Se sabe de dos francotiradores que fueron enviados al Táchira cuando los sucesos de Apure con la disidencia de la FARC en abril de 2021. Un equipo experto en guerra electrónica está designado en estados fronterizos.

“Los rusos están autorizados para el uso de uniformes militares de la FANB, en caso de ser necesario, ofensiva o defensivamente, poseen armas orgánicas y armas de defensa aeroespacial portátiles tipo Verba (sistema de defensa antiaérea ruso con eficiente protección de interferencia; diseñado para destruir aviones, helicópteros vehículos aéreos no tripulados y misiles de crucero en cursos próximos; también dispara a objetivos con bajos niveles de radiación térmica y un consumo reducido de misiles al destruir varios objetivos, indica su oferta). El equipo está enlazado con dos satélites rusos que cubren la zona de Venezuela y el Caribe. Poseen comunicaciones remotas con Rusia y los países aliados”, detalla una fuente militar de inteligencia. 

Grupos especiales se han movilizado cuando sus estrategas lo consideran necesario, como ocurrió entre marzo y mayo de 2021 cuando se encargaron del sistema electrónico en la frontera colombiana porque la FANB estaba derrotada ante la disidencia de la FARC.

Desde que Venezuela se convirtió en el principal comprador de armas rusas en el hemisferio occidental, la alianza fue decretada. Es innegable el apoyo decisivo que ha sido Vladimir Putin para la permanencia de Maduro en el poder. Ambos encontraron el código perfecto que los cohesiona: la corrupción. Los analistas Víctor Mijares, Universidad de los Andes, y Alejandro Cardozo Uzcátegui, Universidad Sergio Arboleda de Colombia, apuntan a la necesidad de enfocar la corrupción como un factor de cohesión para alianzas de Rusia en América Latina y específicamente en Venezuela “donde su autoritarismo viene con la imprevisibilidad de sus leyes, lo que implica una gobernabilidad autoritaria sustentada en la degradación del orden institucional y social”.

La visión holística china

China apuesta a estrategias grises hace años.

Con esfuerzos de discreción, los chinos reinan en América Latina. “Si la Zona Gris es un mecanismo útil para forzar al status quo -pero de un modo suficientemente sutil como para no dar pie a una escalada militar inmediata-, uno de los Estados que parece más predispuesto a ello, es China. De hecho, de la lectura de documentos desarrollados por militares chinos se desprende que su percepción de los conflictos internacionales tiende a asimilarse a la visión holística propia de la Zona Gris, aunque empleen otros conceptos”, afirma Josep Baqués.

China apuesta a estrategias grises desde hace años sin que sonaran las alarmas entre sus competidores occidentales, recuerdan los especialistas. “Eso sería concomitante a un proyecto expansivo, apoyado en su crecimiento económico. En Pekín no se contempla seriamente ninguna guerra abierta, debido entre otros factores a la (todavía) superioridad de Estados Unidos, pero eso no es óbice para que se persigan esos objetivos (y esa expansión) de un modo más sutil, gradualmente. Dicho con otras palabras, del modo en que la Zona Gris es más útil y eficaz”, afirma Baqués.

El almirante Craig S. Faller quien se retirará a finales de 2021 como jefe del Comando Sur, sí cree que hay razones para activarse frente a riesgos preocupantes. “Hoy siento un sentido mayor de urgencias sobre las actividades de la República Popular China en el hemisferio occidental. Su influencia en la región sigue creciendo en todos los renglones. Ha aumentado su juego mil a mil, ofreciendo amplias oportunidades de educación militar, becas de ingeniería, cibernética y paquetes anuales de cooperación de seguridad sin condiciones que en muchos casos exceden con creces el valor a los programas similares ofrecidos por socios occidentales, incluido Estados Unidos”.

La advertencia del almirante Faller emitida en agosto de 2021 coincide, en tanto China, con lo que a miles de kilómetros de distancia los analistas Mijares y Cardozo definieron desde Colombia como la amalgama versátil (prácticas de rutas de financiamiento que rompen las barreras de las sanciones y crean oportunidades de inversión ilegal) en síntesis, corrupción, planteada entre Rusia y Venezuela. Faller por su lado, alerta sobre ese mal propiciado por China. “Beijing se siente más cómodo tratando con regímenes autoritarios como el suyo. El comportamiento de la República Popular China en Venezuela es un ejemplo. No es coincidencia que las empresas chinas proporcionen regalos y sobornos para engrasar las ruedas mientras hacen negocios con el régimen de Maduro, que, como el suyo, abusa sistemáticamente de los derechos humanos”.

Para Evan Ellis el peligró llegó. “Estados Unidos lo que tiene que hacer es coordinarse en un mejor trabajo porque sin duda nuestras instituciones de la democracia, el estado de derecho, ya se encuentran en peligro. También hay preocupación por los derechos humanos. China busca su propio beneficio económico, pero también alterar las instituciones y las relaciones del mundo político. No le importa estrechar lazos con regímenes populistas, de derecha o izquierda, no le importa su ideología. Esto coloca la orientación de la región a ser menos democrática porque apoya a países hostiles a Estados Unidos, países que violan los derechos humanos. También hay menos colaboración en temas vitales para EE.UU. como la droga, el crimen organizado o el terrorismo”.

Sin embargo, el experto Josep Baqués, establece matices que diferencian la fuerza de China en la Zona Gris de la participación rusa. “Los chinos se mueven con mayor cuidado tratando de preservar una imagen institucional”. El analista Víctor Mijares coincide: “China no haría cosas como las que hace Rusia de volar aviones con capacidad de bombardeo nuclear por encima del espacio aéreo colombiano, o de pasarle por encima a la Guajira colombiana con un avión de los servicios de inteligencia. Eso China jamás lo haría”.

El diagnóstico presente dibuja que los objetivos de Rusia con Venezuela apuntan a una relación político-militar, en cambio los de China destacan por su carácter económico-político, sobre el que habría que considerar con cuidado el ciberespionaje. Ciertamente, en el balance financiero, no hay comparación entre la estructura de Venezuela con Rusia y la que enlaza a China con Venezuela, cuya dimensión es consistentemente superior.

Irán, irán

La escena agitó el interés. En la plaza de San Jacinto conocida como plaza El Venezolano había sido instalada una gran carpa donde los descuidados caraqueños eran invitados o seducidos a conocer más sobre el islam. Sofisticadas cornetas y la repartición de material variado atraían la curiosidad de caraqueños que trataban de adivinar los cuerpos bajo burkas negras. El evento se presentó a cuadra y media de la casa del Libertador y fue registrado en la cuenta de Facebook del Centro de Intercambio Cultural Iraní Latinoamericano el 18 de agosto de 2021 refiriéndose al octavo día de Huseinia.

Un estupor generalizado llevó a que el contenido tuviese que ser borrado de las redes sociales. Y no porque en Venezuela se discrimine al islamismo, a final de cuentas, en el referente católico de la mayoría del país se ha compartido con toda clase de creencias resumidas en el sincretismo religioso. Lo que se activó fue el temor de que, tras esa carpa, había adoctrinamiento del malo, del terrorista, del conveniente para Maduro.

Irán es uno de los sospechosos habituales. Los analistas destacan la intensidad de los lazos latinoamericanos con Irán, en particular de Venezuela. “Teherán estuvo más que feliz de llegar a un acuerdo con Venezuela para intercambiar gasolina y experiencia técnica para reparar la infraestructura petrolera a cambio de alrededor de 500 millones de dólares de oro venezolano”. El periodista Stasa Salacanin de Inside Arabia destaca cómo los funcionarios en Washington han colocado más atención a los estrechos lazos militares de la cooperación de Teherán, aunque la amenaza de los misiles siga quedando como fanfarronada. Pero hay actividades de los iraníes en Venezuela que no lo son.

 

Monseñor Mario Moronta viene alertando sobre el avance de la ideologización de los iraníes en territorio venezolano.

Dos cuarteles generales tienen los iraníes en Venezuela, precisan fuentes de inteligencia, entendiendo cuartel general como el cerebro, su base de operaciones, su tanque de pensamiento con fachada de tiendas. “Un cuartel está en Puerto Ordaz y otro en Margarita, sectores clave para el traslado de mercancía, legal o ilegal. Adicionalmente hay zonas donde están instalando sus pequeñas ciudades como por ejemplo en las afueras de Valencia, en Guataparo, al noroeste de la capital de Carabobo, donde se levanta una ciudad, mezquita adelante, para los iraníes. El lugar está a un poco más de media hora en vehículo de la base aérea Libertador ubicada entre Palo Negro y Maracay, Aragua. Allí se instalaron en el 2018 unos 20 iraníes hasta que trascendió que el jefe de la Fuerza Quds de Irán, Quasem Soleimani, había muerto en un ataque de Estados Unidos el 3 de enero de 2020. Los iraníes desaparecieron… para luego volver. En la base, reparan motores de los aviones Hércules y otras piezas”, indica una fuente de inteligencia.

La fuerza aérea es el componente militar más penetrado por los iraníes. Han tenido un enlace oficial que ha llegado a los más altos cargos en el Alto Mando de la FANB, además de haber sido agregado de Defensa en Irán. Se llama Pedro Juliac, amigo íntimo de Maduro quien de manera inusual lo dejó continuar como segundo al mando del Comando Estratégico Operacional, después de encabezar el Componente de la Aviación. Su pase a retiro fue demorado para luego ser premiado como general en jefe. Juliac maneja misiones ocultas en Irán; su segundo, el mayor general Darío Pérez, fue designado agregado de Defensa en Irán. Juliac y Pérez hace años vienen atando lazos en la isla de Margarita con la jerarquía religiosa y los jefes de los negocios iraníes en la isla, todos amigos de Tareck El Aissami quien no de gratis ha entregado su seguridad personal a los iraníes.

Otras instituciones han brindado demostraciones públicas de afecto hacia Irán. Ocurrió en junio de 2020 cuando en la sede del Cuerpo de Investigaciones Penales y Criminalísticas, CICPC, en Parque Carabobo, fue izada la bandera iraní al lado de la venezolana. Así duró una semana.

Fuentes militares aseguran que en negocios formales los iraníes han resultado un fiasco. La historia de lo drones y el Proyecto Arpía en el 2006 es un ejemplo de ello. A pesar de eso, Chávez no claudicó en la misión de estrechar vínculos y Maduro ha ampliado el abanico. En cuanto a negocios, desde el 2013 le encargó varios jugosos al hoy detenido en Cabo Verde, Alex Saab. Las actividades de Saab fueron seguidas muy de cerca por El Aissami. La mayoría de los tratos que han materializado se parecen más a pactos entre bandas criminales que a acuerdos comerciales entre dos Estados.

La reactivación de la relación con Irán se ha diversificado desde el 2018. Los iraníes se encargan de entrenamiento de personal en la parte electrónica y en la formación de hackers. También reparan aviones, varios de ellos de Conviasa, a través de la empresa Mahan Air. Una fuente de inteligencia recuerda una ocasión en que se ofrecieron para reparar unos motores y otras partes de los F16 a menor precio, aprovechando la circunstancia de la falta de fondos de Venezuela y que muchos convenios militares habían cesado dejando los aviones sin mantenimiento. Los iraníes sin autorización fueron copiando las piezas que les eran entregadas para reparar. Hicieron valer su fama de expertos en copiar complejos equipos luego de desarmarlos, aplicando la ingeniería en reversa. Fue una decisión que no gustó ni a rusos ni a chinos porque esa práctica que, significó violar un acuerdo de confidencialidad industrial de convenios secretos para máquinas de guerra, también los podía afectar a ellos con sus equipos. La situación quedó registrada y la Contraloría General de la FANB le abrió un expediente a Vladimir Padrino López.

Los iraníes también son expertos en espionaje y rastreo de llamadas, al igual que chinos y rusos. Hacen diagramas de relación de con quien la gente se comunica. Maduro y los iraníes utilizaron a una audiencia inocente el 29 de noviembre de 2020, cuando estando en cadena nacional, Maduro lanzó un número telefónico para que la gente le enviara mensajes. La invitación era para probar unos equipos que podrían acceder a todos los datos personales de quien los contactara. En esa ocasión, los iraníes trabajaron con técnicos cubanos.

Para el rastreo de comunicaciones y programadores del área de informática los iraníes han sido ubicados en varias zonas, aunque además ellos operan con un software de maletín. Muchos de los iraníes han sido instalados en casas robadas o expropiadas por el régimen hacia el este y en las afueras de Caracas. Pero realmente Margarita es su reino. Desde allí son muchas las cosas que hacen sin control.

“Para trasladar el oro que salía de las minas en Bolívar con el que les pagaba Venezuela, los iraníes primero utilizaban embarcaciones pequeñas que salían de Puerto Ordaz navegando por el Orinoco, seguían hacia Trinidad sin levantar sospechas. Comenzaron a entrar y salir vuelos. El tiempo les dio confianza. Han ingresado armas en aviones, ya no se complican la vida. Lo hacen directamente a Caracas desde donde las distribuyen; ellos le dan prioridad a que la capital esté apertrechada. También hay aviones civiles que desembarcan en la base de Palo Negro o hacen trasbordo en Maiquetía y de allí se mueven para Maracay tratando de no hacer ruido”, precisa un informante.

El embajador iraní en Venezuela, Hojjatollah Soltani se ocupa de las empresas de negocios, es la cara civil que los presenta. Ellos insisten en vender los drones y los submarinos pequeños. Si bien la presencia de iraníes en Margarita es más que evidente, no se han encontrado evidencias consistentes que documenten que miembros de Hezbollah se encuentren allí. Sin embargo, el ex jefe de la Dirección de Contra Inteligencia Militar, DGCIM, general Hugo “el Pollo” Carvajal, insiste en que puede probarlo.

Los iraníes sorprenden. Fuentes del Servicio Bolivariano de inteligencia, Sebin, han reportado iraníes infiltrados.

En Táchira han impartido charlas con claras orientaciones para la guerra de resistencia, en un evidente proceso de ideologización. Lo ha denunciado con contundencia el arzobispo de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta que en el año 2020 alertó en una carta presentada ante la Conferencia Episcopal, que la presencia de los iraníes en el territorio venezolano trasciende al interés de los recursos minerales. “Ciertamente, sí hay un interés en ellos, pero su verdadero objetivo lo están consiguiendo: fijar una base estratégica de carácter geopolítico y con ello lograr un espacio de penetración en un lugar privilegiado de América Latina. Y lo consiguieron sin mucho esfuerzo y sin que hubiera reacciones en su contra”, escribió monseñor al advertir sobre el proselitismo que vienen realizando los iraníes. Al respecto coincide con testimonios de habitantes del estado limítrofe con Colombia de cómo los iraníes vienen cumpliendo funciones de gobierno en la distribución de comida y la repartición de agua en camiones cisterna ante la escasez del servicio. Y aun cuando defiende la libertad de cultos, le parece peligroso que actúen camuflados en la religión.

Monseñor es enfático al insistir sobre el peligro que significa que Irán haya conseguido en Venezuela una cabeza de playa en América Latina sin que sectores políticos ni la jerarquía religiosa le haya prestado atención.

La expansión

Un territorio bajo ley criminal con frontera difusa es Zona Gris

“Los cubanos operan como el cerebro de Maduro, asegura una fuente cercana al entorno de Miraflores. Negocie con quien negocie Maduro, sean chinos, rusos o iraníes, los cubanos siempre van a estar enterados. Cuando los chinos montaron la plataforma de alerta 911 con Cantv y Movilnet, cuando instalaron los servidores para la integración de la información del sistema del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería, Saime, o cuando alimentaron la tecnología de los software y hardware para el sistema del Carnet de la Patria, Cuba vigilaba”. Lo mismo ocurre con el espionaje ruso o con lo que hacen los iraníes. Los cubanos se comportan como los poseedores de la llave maestra. En retribución, son unas fieras cuidando a quien les da de comer. El control social de los cubanos es de filigrana, preciso y despiadado. 

Es falso que Maduro haya entregado su seguridad personal a los iraníes. El privilegio de los secretos de la familia presidencial lo atesoran los cubanos conscientes de que ellos manejan los hilos del poder en Venezuela, sin necesidad de ser una potencia temible.

A Maduro tenerlos cerca le da tranquilidad. No confía en más nadie, ni siquiera en su esposa Cilia Flores. Con su hijo ha hecho esfuerzos para que no le suceda lo mismo que al hijo de Chávez que por mala conducta terminó desterrado. A Nicolás Maduro Guerra, Nicolasito, su papá lo atajó en momentos que parecía irse por un barranco y lo envió a China unos largos meses que se iniciaron en el 2015.

Después de ocho años en Miraflores es mucho lo que Maduro ha aprendido. Y su cercanía con China, Rusia e Irán le ha dado buenos frutos.

La retirada de Estados Unidos de Afganistán ha alentado el optimismo de los enemigos de los norteamericanos. “Maduro siente que ya él tiene un camino avanzado y no piensa aflojar. El proyecto junto a sus aliados necesita expandirse y miran hacia Colombia. Venezuela se ha convertido en un nodo tal vez inesperado para mucha gente, en un territorio que sirve de punta de lanza para cualquier aventura en cualquier lugar de este hemisferio no solamente en el área del Caribe y el Atlántico, si no en el área del Pacífico para lo cual son objetivos esenciales Colombia y Panamá”, asegura Carlos Blanco, exministro para la reforma del Estado en Venezuela, consultor internacional en gobernabilidad y descentralización.

El informe de un exjefe de la inteligencia política en Venezuela entregado a mediados de 2019 a organismos de seguridad internacionales esboza una conspiración contra la institucionalidad colombiana. “La inteligencia cubana ha trabajado al servicio de Rusia y China en Colombia, infiltrándose en los organismos clave con el esfuerzo de mutar, ´hacerse invisibles´ y enquistarse, con la instrucción de obtener información sobre los sistemas de defensa en el área de C3 (comando, control y cibernética), el tiempo de reacción y escalamiento de la defensa aérea, las vulnerabilidades en su sistema de informática y la disposición específica de fuerzas especiales. Las actividades HUMINT (investigación directa de fuentes humanas) son para la infiltración de las unidades militares y policiales, con énfasis en los ciudadanos doble nacionalizados con preminencia en Colombia. Cabe destacar que para ello la figura del matrimonio de extranjeros (cubanos y miembros del ALBA) con ciudadanos colombianos, otorga una fachada perfecta que incluso permite el ingreso a las oportunidades de trabajo en el sector público lo cual permite permear la institucionalidad del país. Importante la parte de apoyo de grupos políticos con una marcada operación de manejo de redes sociales que permite controlar en forma oportuna, pertinente y efectiva las masas, generando situaciones contrarias al orden público. Los reportes son transmitidos a Maduro. El general de división Jesús Barrios Quintero (experto en contrainteligencia) es quien informa a la Presidencia sobre el gobierno de Colombia y las fuerzas políticas de derecha, así como sobre el abordaje comunicacional efectivo en redes sociales”, registra el documento.

“Todo indica que el eje de la desestabilización de toda la región está en Venezuela”, dice el experto en seguridad Guillem Colom.

Algunas evidencias apoyan esta afirmación. Documentos recientes han identificado a por lo menos 200 miembros de distinta jerarquía adscritos a Inteligencia Militar y a la Fuerza de Acciones Especiales de Venezuela que han ingresado a Colombia obteniendo identificación falsa y se han asimilado a distintos roles ciudadanos en espera de la oportunidad de activar protestas o de recibir nuevas instrucciones.

¿Que un aliado como Colombia esté cercado por fuerzas hostiles al tiempo que Rusia, China e Irán utilizan a Venezuela como cabeza de playa de América Latina es suficiente para colocar el tema en Estados Unidos como urgente? Pareciera que no. “En Washington hay una visión que tiende a minimizar a América Latina y tienen razón en algo, desde el punto de vista económico apenas representa el 5% del PIB del planeta”, precisa el profesor Víctor Mijares desde Colombia, con lo cual económicamente están centrados en lo que sucede en Asia Oriental, Japón, China, Corea, gigantes, monstruos industriales, o Europa. Y desde el punto de vista de seguridad, las amenazas que supone América Latina no son de la dimensión de lo que supone la rivalidad con potencias nucleares o el terrorismo islámico. Además, ciertos tabúes de haber intervenido mucho en América Latina llevan al desinterés y la negligencia de Estados Unidos. Su preocupación la ha centrado entonces, en la migración, y para todo lo demás, tiene sanciones selectivas”.

A la pregunta “¿Qué convierte a Venezuela en un problema ante Estados Unidos?”, Mijares responde: “No es la degradación democrática, no es el colapso de la industria petrolera, no es el albergue a los guerrilleros colombianos. Estados Unidos comienza a darse cuenta -y ya parece tarde- que la estrategia de Rusia y China es tener presencia allí, con posiciones tomadas, solo que ahora no existe la posibilidad o es mucho más difícil, una forma de intervención en Venezuela. Además, Rusia y China han dotado a Venezuela (que es un país arruinado) del mejor sistema de defensa antiaérea de la región. Esta realidad hizo que Washington apretara con las sanciones, buscando una tragedia a bajo costo. Pero no funcionó”.

El experto Humire es enfático para solicitar a Estados Unidos que tome muy en serio esta situación. “En este momento Rusia, China e Irán trabajan en conjunto a nivel operacional, estratégico y esa combinación es muy evidente en Venezuela. A veces se piensa que a China le interesa solamente la parte económica en Venezuela, pero aseguro que no. Ellos apoyan a Irán en el envío de buques con armas a Venezuela. Algunos piensan que a Rusia le interesa solo la parte petrolera, pues aseguro que no. Rusia está manejando tecnología y armamento en la frontera y los iraníes también. Ellos ya trabajan como un equipo y así tenemos que verlos, como una alianza, como una red. No solo operan en Venezuela. Lo hacen en América Latina a diferentes niveles de penetración con la idea de dominar la región para romper la Doctrina Monroe y poder deslegitimar a Estados Unidos”.

Baqués se adelanta a una posibilidad sin antecedentes en la literatura en esta materia. “Sería interesante considerar el encadenamiento de las Zonas Grises. Podría confluir una Zona Gris rusa y una iraní con el objetivo de mantener a Venezuela como el enemigo de Estados Unidos fuera de la órbita de las democracias liberales y los estados de derecho. Se plantearía entonces una Zona Gris venezolana en Colombia para romper su fidelidad con Estados Unidos y procurar un cambio de régimen y avanzar en el control de la región”.

“Las fronteras entre Venezuela y Colombia han sido desdibujadas deliberadamente -indica Alberto Ray, consultor en seguridad, director ejecutivo del think tank The Risk Awareness Council (TRAC)-. La razón de la Zona Gris es porque está liberada de la rigidez del Estado, con la estructura institucional disuelta”. Ray le da dimensión en el mapa a la Zona Gris: “El eje del río Vichada es el nuevo eje de expansión criminal de Venezuela donde los grupos armados conectan con el negocio de la droga desde el Pacífico hasta el Atlántico a través de Venezuela pasando por el eje del Vichada, y por otro lado tiene una derivación hacia Ecuador porque la Amazonia colombiana colinda con Ecuador, Perú está muy cerca y allí tienen la puerta hacia el sur. Es la zona donde los Andes son relativamente accesibles. En todo ese corredor se expande una intensa actividad de narcotráfico”.

Maduro lo permite, es imposible con su jerarquía que una participación en un negocio de esas dimensiones no signifique un pacto de sociedad. Maduro facilita al narcotráfico la estructura política y el elemento militar.

La estadística hace inmenso el problema: “Hasta hace cinco años a través del Pacífico colombiano salía aproximadamente 75% de la droga; la cantidad que se transporta por Venezuela ha ido creciendo hasta tal punto que está cerca de significar la mitad, mientras la Zona Gris se convierte en territorio de alivio para criminales y en fuente de ingresos que en el espacio venezolano tiene la posibilidad de transformarse en economía lavada, porque también hay minería”, precisa Ray.

Este panorama desalentador se agiganta. Sin embargo, los expertos aseguran no encontrar eco de su preocupación en Estados Unidos. El Annual Threat Assessment of the Intelligence Community, Informe anual de amenazas de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos de abril de 2021 que refleja la posición de la comunidad de inteligencia tanto civil como militar, identifica a China, Rusia, Irán y Norcorea como los principales adversarios de EE.UU. La región de América Latina no es mencionada en esos términos.

En dicho informe, presentado por el director de Inteligencia, Venezuela es citada por su relación con Rusia: “en el hemisferio occidental, Rusia ha ampliado su compromiso con Venezuela, ha apoyado a Cuba y ha utilizado las ventas de armas y los acuerdos energéticos para tratar de ampliar el acceso a los mercados y los recursos naturales de América Latina”.

“La crisis política y económica en Venezuela continuará, lo que mantendrá la salida de venezolanos al resto de la región…”, es la segunda, breve y última cita sobre Venezuela en el informe.  

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